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FIV: Estrategias para su prevención

La mayoría de las infecciones naturales por FIV (Virus de la inmunodeficiencia Felina o Sida Felino) son adquiridas por mordedura, presumiblemente debidas a la inoculación directa del virus, o células infectadas por el virus, procedente de la saliva de gatos con infección persistente. La trasmisión vertical de madres a cachorros puede ocurrir, pero no todos los descendientes quedaran persistentemente infectados. La proporción de gatitos infectados dependerá del nivel de virus circulante en la madre durante la gestación y el nacimiento. Por ejemplo en una hembra gestante que sufre una primoinfección de manera aguda, el porcentaje de gatitos infectados puede ser del 70%; pero en una hembra con infección crónica pero clínicamente normal, muy pocos gatitos nacerán infectados. Aunque la trasmisión oronasal o venérea no ha sido documentada en la naturaleza, si se ha dado inoculaciónexperimental por nariz, boca, recto, vagina y si se ha conseguido demostrar presencia vírica en el semen tanto en infecciones naturales como experimentales. La mayoría de las hembras sin embargo, son infectadas en las montas debido a mordeduras del macho infectado por FIV.

¿Cómo podemos prevenir el FIV?

Estudios epidemiológicos sugieren que la inoculación del virus en la saliva, durante una mordedura, es la causa más común de trasmisión del virus del FIV en la naturaleza. El virus muy poco tiempo fuera del hospedador, por lo que la trasmisión indirecta es improbable.

Por lo tanto los gatos FIV positivos no necesitarían estar aislados cuando son hospitalizados o trasladados. Las medidas rutinarias de higiene usadas para prevenir la diseminación de FHV, FCV o FPV, bastarían para prevenir la trasmisión horizontal del FIV. De manera similar, los procedimientos estándares de esterilización del material quirúrgico y dental, inactivan de manera eficaz el virus.

La trasmisión indirecta podría ser más importante en hogares con más de un gato. Si uno de ellos es diagnosticado de FIV, todos los gatos residentes deben ser testados para determinar su estado. Preferentemente los gatos FIV positivos y gatos sanos deberían ser alojados por separado. Si esto no es posible, conviene usar comederos y bebederos separados, y extremar la higiene de los mismos. Los gatos FIV positivos, particularmente aquellos con gingivoestomatitis, eliminan virus en la saliva, debido a las lesiones orales, y pueden llegar a ser fuente de infección por esta vía. A menudo se recomienda también intentar mantener areneros separados, aunque la trasmisión por esta vía no ha sido probada.

Cuando los gatos positivos a FIV conviven con gatos sanos, sería aconsejable mantener colonias estables y cerradas. Mantener grupos estables evitara la infección de más gatos sanos, y minimizara el stress y la agresividad territorial que puede darse con la introducción de nuevos individuos.

La esterilización se recomienda por varias razones: Reduce el vagabundeo y reduce la agresividad territorial. Controlando esos factores se minimizan las mordeduras, controlando la posibilidad de una infección por FIV.

La única medida que evitara completamente la infección de un gato sano, es evitar el contacto, manteniéndolo dentro de casa o en un ambiente controlado sin contacto con gatos extraños de status sanitario desconocido. Igualmente, el aislamiento de los gatos FIV positivos los protegerá de la exposición a otras enfermedades, minimizando la aparición de infecciones secundarias a las que son sensibles por su inmunodeficiencia.

Los gatos FIV positivos no deben ser destinados para fines reproductores.

Los gatos usados como donantes de sangre, deben ser testados de FelV y FIV, y mantenidos en un ambiente controlado, evitando salidas al exterior. Si estos gatos tienen un historial de vagabundeo, el test debe repetirse a los 2 o 3 meses del primero, con el fin de detectar gatos infectados pero que aun no habían seroconvertido antes del primer test.

Propietarios inmunosuprimidos

Los pacientes humanos con inmunosupresión potencial, como personas que hayan sufrido trasplantes, positives a VIH o SIDA… no deberían mantener contacto con gatos infectados con FIV, no por el FIV en sí, sino por el riesgo potencial de trasmisión de patógenos oportunistas como poxvirus, cryptosporidium, y toxoplasmosis.

Vacunación contra el FIV

En estos momentos no existe ninguna vacuna contra el virus del FIV disponible en Europa. Experimentalmente la protección inducida por vacunas contra el FIV ha sido desarrollada usando diversos inmunogenos, incluyendo virus inactivado, células infectadas inactivadas, vacunas basadas en canarypoxvirus combinadas con células y vacunas de ingeniería genética Las que más esperanzadores resultados están mostrando, son las vacunas con virus inactivados, proveniente de los subtipos A y D (2), únicamente disponibles en Nueva Zelanda, Japón, Australia y USA.

sida felino

Sin embargo dichas vacunas no han sido testadas contra las cepas víricas de Europa. En uno de los pocos estudios realizados, fracaso al proteger frente una cepa virulenta del subtipo A en Reino Unido.

Por otro lado la vacuna podría producir seroconversión, volviendo positivos a los animales vacunados (5), con el consiguiente riesgo de eutanasia de un animal sano si el gato vacunado se extravía y es recogido por protectoras donde la eutanasia de positivos sea práctica rutinaria.

¿Vacunación en  Gatos FIV positivos?

¿Deben o no vacunarse rutinariamente frente a otras enfermedades los gatos infectados de FIV?

Estudios experimentales han demostrado que los gatos FIV positivos asintomáticos, que se encuentran en estadios tempranos de la enfermedad, desarrollan una buena respuesta inmune tras las vacunaciones, eso indicaría que la eficacia de dichas vacunas sería tan buena como la esperada en gatos sanos.(4) Sin embargo, no se sabe si que ya han llegado al estadio de inmunodeficiencia desarrollan una respuesta adecuada a la vacunación.

Por otro lado, hay controversias respecto a la seguridad de dichas vacunaciones en gatos FIV positives. La estimulación del sistema inmune relacionada con la vacunación podría conducir a una progresión en la infección vírica, al alterar el equilibrio entre el sistema inmune y el virus. Experimentalmente se ha observado que al estimular la reproducción de linfocitos infectados, también se produce un aumento de la replicación vírica. En vivo, la vacunación de gatos con infección crónica por FIV con un péptido sintético, estuvo asociada con una disminución en el ratio CD4/CD8 (1).

Los beneficios y riesgos potenciales deben ser evaluados individualmente en cada caso: en un gato mayor, que vive dentro de casa, y ha sido vacunado previamente la probabilidad de ser infectado es muy baja, y probablemente sea mejor evitar las vacunaciones rutinarias; pero en gatos FIV positivos que salen al exterior el riesgo de infecciones es lato, y la vacunación se recomendaría Aunque no existen evidencias científicas de que las vacunas con virus vivo modificado supongan un riesgo mayor en gatos positivos que en sanos, se recomienda usar vacunas inactivadas para evitar cualquier riesgo potencial de causar enfermedad clínica.

Bibliografía:

(1) Feline immunodeficiency. ABCD guidelines on prevention and management

References and further reading may be available for this article. To view references and further reading
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Margaret J. Hosie, ,
Frymus, Tim Gruffydd-
Pennisi, Alan D. Radford,
Surgery Volume 11,

(2) Advances in FIV vaccine technology

References and further reading may be available for this article. To view references and further reading
you must purchase this article.Elizabeth W. Uhla, Marcus Martin, James K. Coleman and Janet K.
Yamamoto, aDepartment of Veterinary Pathology, College of Veterinary Medicine, University of Georgia,
Veterinary Immunology and Immunopathology Volume 123, Issues 1-2, 15 May 2008, Pages 65-80
Feline Retrovirus Research and Genomics Symposium

(3) Dual-subtype FIV vaccine (Fel-O-Vax® FIV) protection against a heterologous subtype B FIV isolate

Journal of Feline Medicine & Surgery, Volume 7, Issue 1, February 2005, Pages 65-70

Diane
Addie, Sándor Belák, Corine Boucraut-Baralon, Herman Egberink, Tadeusz
Jones, Katrin Hartmann, Albert Lloret, Hans Lutz, Fulvio Marsilio, Maria Grazia
Etienne Thiry, Uwe Truyen and Marian C. Horzinek. Journal of Feline Medicine &
Issue 7, July 2009, Pages 575-584.

Ruiyu Pu, James Coleman, James Coisman, Eiji Sato, Taishi Tanabe, Maki Arai, Janet K Yamamoto